espacio para las reses medias. hago en mi cabeza un ámbito
para la imaginería de la carne. densidad, carnosidad. las ciudades, los
pueblitos hasta el último, el más menor, erigidas en la sangre traslúcida, en
el agüita de las coyunturas congeladas. la carne es algo caliente. menos la salamandra
que corre el arroyito de otras latitudes, superficial. menos el pez que narra
en coletazos las historias siempre mísmas de su huida permanente. la carne es
brío cálido, nervado, deseante. espacio en mi mente para el retozo de las reses
medias. tenía yo un cuchillo para intervenirles la forma, con pericia
quirúrgica. escandalosa. ahora ni eso. también mi muñon. acaricio como una niña
su memoria. de carne. decapitada. los sesos se venden por encargo. se llevan
con cuidado de transplante. si se supiera lo que pergeñan los ravioles de las
doñas. los preparados neuronales. rumia de la carne en las buenas conciencias.
deseo de redención de esos rotos animales. poco menos que un monstruo el hombre
del mazazo en la nuca. y Echeverría y Rosas. pichis, giles, intercesores de la
carne traducida del sánscrito. vaca. muerta. carne de mi chicatila carne. etc. la carne no se come. no se deja comer la
jabonosa carne que entinta nuestras manos blancas como la yegua de los dones.
no se deja escribir, desde el vamos, desde la composiciones escolares no se
deja. no está en su densidad la carne. o casi no está, no es su formación
palpable. como la tos. tengo tos: pero qué tengo. es lo mísmo. padezco la carne.
deseo es fiebre de esta carne, ramalazo sagrado de un padecimiento simultáneo.
otra definición, ahí vamos. es simultánea
la carne. carnosidad. día en que las flores se mastican a sí mismas, que
para eso son flores. flor y carne, carne de la flor. son victoria sobre lo
mismo muerto. caído en cumplimiento de la carne. la carne es la flor, el
trampolín de los espejismos más altos de la sangre. aprenderá la carne que no puede escapar de ese
circuito cerrado. del círculo vicioso de
ser y no ser carne. que no puede seguir pensándose y transcribiéndose a sí
misma. ni para redimirse. ni para vengarse de la carne en su despilfarro de
llaves y de formas. del riego denso de su voluptuosidad incurable. oh paria de
mi propia mentira de carne. carne de autoengaño. y vamos dejándola
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